EL PUNTO GATILLO MIOFASCIAL (PGM)
Cuando un músculo se contrae, las terminaciones nerviosas presentes en los músculos liberan acetilcolina, un neurotransmisor que ordena a otra zona del músculo llamada retículo sarcoplasmático que libere calcio ionizado con el fin de lograr y mantener esa contracción de las fibras musculares. Cuando esta contracción ya no es necesaria, la terminación nerviosa deja de liberar acetilcolina, y el calcio se bombea de nuevo, de vuelta al retículo sarcoplasmático.
Existen diversas hipótesis al respecto del modo en que se generan los puntos gatillo.
Una de ellas es que, tras un traumatismo o esfuerzo máximo existe un incremento en la liberación de acetilcolina y esto genera una liberación excesiva de calcio que provoca una contractura máxima lo que exige una demanda de energía mayor y esto puede provocar un deterioro o alteración en la circulación local. Al deterioro de esta circulación, la bomba de calcio no obtiene ni el combustible ni el oxígeno que requiere para bombear el calcio de vuelta al retículo sarcoplasmático y esto provoca que la fibra muscular quede contraída. Debido a esto, se liberan sustancias sensibilizantes que causan dolor y estimulación del sistema nervioso autónomo, lo que genera un «bucle» pues la terminación nerviosa, en respuesta a este dolor, libera acetilcolina y de este modo la fibra sigue liberando calcio y, por tanto, contrayéndose.
Existen características importantes para conocer si se tienen puntos gatillo:
– Presencia de bandas tirantes o «nudos» dolorosos a la palpación.
– Dolor referido.
– Debilidad, disminución de la movilidad.
Los PGM se forman después de un traumatismo o una lesión, o bien se desarrollan gradualmente.
Los factores que provocan los PGM son las tensiones mecánicas, lesiones, problemas nutricionales, factores emocionales, problemas del sueño, infecciones agudas y crónicas, disfunciones orgánicas y enfermedades además de otras afecciones.
Entre los factores causantes o desencadenantes de los PGM existen algunos que son perpetuantes de dichos PGM y éstos se pueden tratar por la propia persona y, siendo así, en muchas ocasiones se logra el alivio sustancial o completo del dolor sin ningún tratamiento adicional. Por otra parte, si dichos factores perpetuantes no se disminuyen o eliminan completamente es posible que sólo se consiga alivio temporal con el tratamiento de su terapeuta natural o profesional de la salud.
Los factores perpetuantes que mas influyen en los PGM son:
– Ergonomía
: Mobiliario mal diseñado o mal utilizado, ropa inadecuada o demasiado apretada…
– Mecánica corporal: Hábitos posturales incorrectos y en la mayoría de las ocasiones repetitivos a lo largo de nuestra vida.
– Nutrición: Alimentos y bebidas que ingerimos en exceso, incluso que no deberíamos tomar, o «vacios de contenido» en lo relativo a nutrientes, y también por contraposición, alimentos que no ingerimos, o que ingerimos con demasiada escasez, y que deberíamos tener más presentes en nuestra dieta como vitaminas y minerales además de proteínas.
– Enfermedades: Siendo este último uno de los factores perpetuantes que, no siempre, está en nuestra mano evitar, como lesiones, infecciones, alergias, disfunciones orgánicas, desequilibrios hormonales, desviaciones vertebrales y articulares….
En los próximos post iremos contando mas cosas sobre el dolor miofascial o PGM como la diferencia entre los PGM activos y los PGM latentes, qué causa y perpetúa los PGM y otros temas relacionados y de interés.
Esperamos que este artículo os sea útil y si tenéis alguna consulta, no dudéis en trasladárnosla porque estaremos encantados de proporcionaros la respuesta.
Desde Espacio del Masaje os deseamos…
SALUD Y BIENESTAR!